Cada vez que uso macOS Tahoe en mi MacBook Air, me muero de ganas de instalarlo en mi Mac principal. Y es que, sinceramente, después de probar esta nueva versión, Sequoia se siente anticuado y hasta un poco tosco. El nuevo lenguaje de diseño «Liquid Glass» es una auténtica revolución: todo se ve más fluido, moderno y elegante. Las transparencias, las animaciones, los detalles… Apple ha conseguido que trabajar en el Mac vuelva a sentirse fresco y emocionante.
No es solo una cuestión estética. El rediseño de Tahoe aporta claridad y hace que todo sea más intuitivo. Abrir menús, cambiar entre ventanas o simplemente navegar por el sistema es ahora una experiencia mucho más agradable. Me sorprende cómo, con solo unos días usando Tahoe, ya noto que Sequoia parece quedarse atrás.
Eso sí, aunque la tentación de instalar la beta en mi equipo principal es enorme, prefiero ser prudente. Las betas pueden traer errores y, para quienes usamos el Mac como herramienta de trabajo, la estabilidad es fundamental. Pero no tengo dudas: en cuanto llegue la versión final, Tahoe será una actualización imprescindible.
3 cosas importantes para terminar:
- Renovación real: Apple no solo ha cambiado la apariencia, sino que ha mejorado la experiencia de uso de manera significativa. El Mac se siente más vivo y actualizado.
- Efecto en el usuario: Cuando una actualización hace que la versión anterior se sienta vieja, es señal de que el cambio era necesario y está bien ejecutado.
- Cuidado con las betas: Aunque la emoción por probar lo nuevo es grande, siempre recomiendo esperar a la versión estable si el Mac es tu herramienta de trabajo.
